De la Interioridad a la Forma: la Danza Clásica como Arquitectura Externa, el Butoh como Esencia interna.

El objetivo de esta reflexión es compartir cómo relaciono a la danza contemporánea y a la danza butoh al eje Cáncer-Capricornio en astrología; siendo las formas más clásicas de danza (el ballet, el folklore y el contemporáneo)  algo relativo a las formas (Capricornio- saturno) y el Butoh a la sustancia, la interioridad y el contenido (cancer- luna) 

Para esto, voy a remontar al momento en el cual me interesé por la danza Butoh en primer lugar.

En Enero del 2025 hice el intensivo de improvisación con David Zambrano en Tic Tac Center- un mes completo de estudio detallado y constante en el arte de la improvisación en escena. En simultáneo, en el salón del al lado se realizaba un intensivo de la misma duración pero en lo que llaman “Danza Butoh”. El Butoh es una danza japonesa que remonta a la posguerra y se inspira en el trauma, la resistencia y la necesidad de expresar lo indescriptible desde el cuerpo. Nacida en los años 50 en Japón, como una respuesta radical al contexto histórico y cultural de la época, el Butoh rechaza las formas convencionales de la danza y propone una exploración profunda de la interioridad, la transformación y lo grotesco.

Verdaderamente comparando la energía de ambos cuartos (y cuando nos cruzábamos a la hora del almuerzo) se sentía como si estuviéramos usando energías totalmente opuestas paralelamente; como el Yin y Yang, correspondiendose improvisación con David con el Yang: masculino, extrovertido, activo, y el Butoh con el Yin: Femenino, introvertido, pasivo, receptivo. Fueron caldos de cultivo completamente distintos que culminaron con resultados performáticos diversos, y en mi caso, una fractura de Radio. 

Fue en ese momento, en el cual me encontré lesionada por un exceso de energía Yang (en aquel momento no solo bailaba 6 horas por dia y perforaba todos los fines de semana, sino que también trabajaba en las instalaciones de Tictac) en el cual dije, en broma “quizás debería probar Butoh”.

Ocho meses más tarde, cuando tuve la posibilidad de hacerlo, no lo dudé y me embarqué en un seminario de 18 horas condensadas en dos días, facilitado por Sofya Shaikut... Una aproximación algo yang a una práctica profundamente yin, pero así fue mi entrada. Para mí todo fue nuevo en la experiencia- Indagarse en un mundo que pareciera ser un nicho dentro de otro nicho- un mundo en el cual la pregunta es sobre el estado del ser y no el estado de la acción- Un mundo en el que me pregunté si estaba bailando, actuando, o sencillamente encarnando los personajes que la imaginación acuosa de Sofya o algunos personajes que se esconden en pliegues recónditos de mi ser. 

Entrar en una dimensión de luces tenues en las que el espacio cobra una dimensión densa, el tiempo se ralentiza y uno invoca pacientemente a las sensaciones que emergen y producen el movimiento, me resultó algo desafiante, liberador, irritante, desconcertante- tal vez demasiado sutil para quien acostumbra a los gestos físicos grandilocuentes y desplazamientos que ocupan todo el espacio. 

 Junto con otros 10 participantes nos sumergimos en un terreno pantanoso e imaginativo, en el que el tiempo y el espacio cobran un sentido completamente nuevo e inusual.  

Pensé que mi experiencia terminaría junto al workshop, pero muy por el contrario dejó cierto eco en mi conciencia y mi cuerpo, cuya resonancia aún intentó procesar en palabras. 

Escribo desde el salón de Lake Studio- donde hago una residencia cuyo único propósito es digerir, dar forma al contenido y encontrar una manera propia de encarnar lo aprendido de distintos maestros durante el año 2024. Mi investigación en las tres semanas que estuve aquí apeló a investigar y desmenuzar lo formal de la danza; la producción de formas guiadas por planos anatómicos o inspirados por ritmos y melodías. Me interesaba indagar en el cuerpo como un envase a través del cual la forma y la música toman posición y se manifiestan en formas exteriores claras.

Lo experimentado en el seminario de Butoh trajo algo completamente distinto- y quizás complementario- en el cual la danza es interna- las olas del movimiento ocurren en el interior y toman forma en un afuera- desde la imaginación, los burbujeos e impulsos - produciendo, movimiento sutil, personajes y posturas, casi como el eco lejano de una ola. 

Experimenté una sustancia interna, una danza, un personaje a tientas – que se expresa de forma muy sutil en lo externo, casi como una marioneta movida por hilos invisibles desde rincones recónditos del alma.

De alguna manera este contrapunto- trabajar desde lo interior generando una exterioridad, o desde lo exterior (Generando inevitablemente una interioridad) trajo ciertas resonancias con el eje cáncer-capricornio Saturno-Luna en astrología- Encarnado Butoh a Cáncer - Luna (En un proceso de interioridad casi autista) y las danzas que apelan más a la producción de formas al signo de Capricornio y Saturno.

Escuche ambas versiones: tanto que CÁNCER es el signo de la encarnación, como que Saturno (Capricornio) lo es.   “Las almas encarnan en Cáncer...”, siendo la entrada de la energía en la forma - el pasar de algo mas abstracto como la pura energía de Aries, la materialisación de la energia en Tauro y el juego de distintas combinaciones en Geminis, a la aldea/la humanidad, a la forma que excluye informacion “extrangera” para hacer nido y permitir que algo crezca. Cancer es la sensación de que hay un «adentro» y hay un «afuera», allí se crea «interioridad», aparece el «psiquismo» y un mundo interior. La energía se concentra en los procesos interiores y comienza a aparecer esta percepción (muy propia de lo humano) de que “soy una interioridad que asiste a un mundo exterior...”.

Siendo Capricornio (cito a Eugenio Carutti) un «pasaje de dimensión» en el que lo importante ya no es lo concreto, sino el armazón que está por detrás de lo concreto. Este armazón será de distintas maneras, según el nivel de Capricornio que se trate: puede ser en términos físicos, sociales, mentales, estructurales o esenciales. En este sentido, Capricornio tiene una intensidad muy peculiar: la intensidad de estar conectado con lo más esencial, con lo más destilado, y que resulta lo más austero y sencillo porque es lo que está en lo profundo de todo lo que existe.

A partir de esta relación, me pregunto: ¿cómo sería aplicar ambas formas de “producción” en una danza improvisada? ¿Se haría visible el paso de lo interior a lo externo? ¿Sería manifestable? Y, más importante aún, ¿cómo es el vínculo de un estado al otro? ¿Puede uno transformarse, convertirse en otro estado de un momento a otro? ¿Es la estructura el cuerpo que nos sostiene, y la sustancia el alma? ¿Es el Butoh una danza del alma, transformándose y adquiriendo distintas figuras? ¿Qué ocurre cuando Cáncer (interioridad, emoción, nido) danza dentro de la arquitectura de Capricornio (estructura, forma, contención)? ¿Es posible un cuerpo que exprese ambos?

Necesitaría otro mes entero de residencia para empezar a indagar en el tema.

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From Interiority to Form: Classical Dance as External Form— Butoh as Internal Substance